

Las inundaciones en Bahía Blanca, ciudad portuaria ubicada a 600 km al sur de Buenos Aires, han dejado al menos 13 muertos y dos niñas desaparecidas. El intenso diluvio, que comenzó la madrugada del viernes y duró hasta el mediodía, descargó más de 400 milímetros de lluvia en tan solo ocho horas, superando lo que normalmente llueve en todo el año en la región. Las autoridades confirmaron que las inundaciones causaron graves daños en la infraestructura de la ciudad, incluyendo hospitales bajo agua, calles colapsadas y barrios enteros aislados.

El número de evacuados ha disminuido de 1.321 a 850 personas, pero las condiciones siguen siendo críticas, con 120.000 usuarios sin electricidad. El gobierno argentino autorizó una ayuda económica de 10.000 millones de pesos (alrededor de 9,2 millones de dólares) para reparar los daños. Las labores de rescate continúan, y las autoridades no descartan que el número de víctimas fatales aumente. Además, el fenómeno provocó saqueos en algunos comercios de la ciudad.
Este evento se suma a la creciente preocupación por los efectos del cambio climático en la región. Expertos indican que fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias intensas y grandes inundaciones, se están volviendo más frecuentes. Bahía Blanca, que ya sufrió una catástrofe similar en diciembre de 2023, enfrenta ahora el desafío de adaptarse a estos eventos. Mientras tanto, la ciudad se prepara para recibir más ayuda y enfrentar las consecuencias de este desastre natural.