Una niña de un año en China fue sometida a estudios médicos tras presentar dificultades para caminar y un desarrollo psicomotor lento. Al realizarle una tomografía, los médicos detectaron una masa anómala en su cráneo, que posteriormente fue identificada como un feto parcialmente formado.
Durante la cirugía, los especialistas confirmaron que se trataba de un caso de “fetus in fetu”, una condición en la que uno de los fetos gemelos queda atrapado dentro del otro durante el embarazo. El feto medía cerca de 10 centímetros y presentaba huesos de las extremidades y columna vertebral. Según los médicos, el feto utilizaba los vasos sanguíneos del cerebro de la niña para alimentarse.
Aunque la intervención fue realizada con éxito y los padres informaron una evolución favorable, la menor falleció 12 días después de la operación. Este tipo de casos se consideran extremadamente raros, con una frecuencia estimada de uno por cada 500.000 nacimientos.