El 29 de agosto, vecinos alertaron sobre una mujer que realizaba una parrillada en la vía pública con lo que se creyó era carne de perro. Tras la intervención del personal de zoonosis del Municipio, se aclaró que no se trataba de un can, sino de restos bovinos en descomposición.
Cuatro días después, un ganadero denunció ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) la sustracción de una vaca preñada de su propiedad, situada en el barrio Catedral. El afectado señaló que el 23 de agosto descubrió la desaparición del animal y, al seguir rastros de sangre en el lugar, confirmó que había sido carneado. Una cámara de seguridad registró a un vehículo retirando carne de la zona durante esa madrugada.
Posteriormente se conoció que la carne cocinada por la mujer provenía de un basurero en el sector del Campesino, lugar donde se presume fue abandonada tras el abigeato. Las autoridades investigan la conexión entre ambos hechos y el destino de la carne sustraída.